La Guerra Civil española fue un conflicto social, político y militar, que más tarde repercutió también en lo económico. Esta guerra comenzó el 17 de julio de 1936, tras fracasar el golpe de estado llevado a cabo por un sector muy conservador, de ideas cercanas al racismo, que estaba en contra del gobierno de la segunda república española. El gobierno tardó en reaccionar, de manera que cuando lo hizo, ya era demasiado tarde. Este golpe militar, fracasó solamente en los lugares donde la población, apenas sin armas, hizo frente a los golpistas, puesto que hasta el 19 de julio, el gobierno no se decidió a repartir armas al pueblo y declarar el estado en guerra.
Los golpistas creían que el levantamiento duraría poco y que triunfaría, pero la división que se hizo entre la población formando dos bandos, igualó bastante las fuerzas y consecutivamente del golpe de estado se pasó a la guerra. La estrategia inicial del ejercito sublevado, estaba liderado por el general Francisco Franco. Hacia 1938, la república era consciente de que estaba librando una guerra puramente defensiva, y que de seguir así, sólo era cuestión de tiempo que llegara la derrota. El alto mando republicano, decidió jugárselo todo a una carta, librando la batalla del Ebro, pero tuvieron que retroceder y su retirada fue desastrosa, fue la batalla más sangrienta de toda la guerra. Después de las derrotas y de tanta sangre derramada, el gobierno republicano intentaba negociar una paz digna, pero Franco sólo admitía la rendición incondicional.
Finalmente, tras tres años de guerra, esta se dio por terminada el 1 de abril de 1939 con el último parte de guerra firmado por Franco, declarando su victoria y estableciéndose una dictadura que duró hasta 1975. Las consecuencias de la guerra civil han marcado en gran medida la historia posterior de España, principalmente por lo excepcionalmente dramáticas y duraderas que han sido estas consecuencias, tanto materialmente; destrucción de ciudades, la estructura económica, el patrimonio artístico… Como demográficamente; aumento de la mortalidad y descenso de la natalidad, pues en esta guerra, desgraciadamente hubo grandiosas pérdidas humanas, aunque el número de víctimas aún se discute se calcula que la cifra se situaría entre los 268.000 muertos, 148.000 republicanos y 120.000 nacionales. Pero tras la guerra, la represión franquista se cebó con el bando perdedor, iniciándose con ello una limpieza de la que fue llamada España Roja, además de cualquier elemento relacionado con la república, lo que condujo a muchos al exilio, se calcula que en 1939 salieron por la frontera francesa unos 400.000 españoles, acogidos por diferentes países. Alguno de estos, se vieron envueltos en la II Guerra mundial.